Muchas personas sufren de hemorroides, una condición caracterizada por la congestión de las venas en el recto y el ano causada por el aumento constante de la presión alrededor de la zona. Esta condición es causada por muchos factores, como el estreñimiento crónico, la falta de fibra en la dieta y el exceso de esfuerzo durante el proceso de defecación. Los signos y síntomas de esta enfermedad pueden variar desde un dolor leve durante la defecación hasta sangrado, en cuyo caso es necesario consultar a su médico para evitar complicaciones como hemorragias. Otros síntomas incluyen hinchazón abdominal o la sensación de saciedad e irritación anal.
Uno de los signos más alarmante de las hemorroides es el prolapso. Esto ocurre cuando las venas hinchadas sobresalen fuera del ano. Algunos casos de venas hemorroidales prolapsadas son manejables con baños de asiento caliente o simplemente empujándolas adentro de nuevo. Pero una de las complicaciones de esta enfermedad es la infección.
La Infección, como en cualquier otra parte del cuerpo, se produce cuando los microorganismos invaden una cierta parte del cuerpo. Aunque los microorganismos son normalmente parte de la piel, el incumplimiento de esta barrera de protección puede causar infección. El mero prolapso de las venas hemorroidales expone estas venas al medio ambiente externo donde son más propensas a la invasión de microorganismos. Empujar estas venas de nuevo adentro también aumenta el riesgo de infección.
A causa de la infección se pueden agravar las hemorroides y producirse fiebre. Los microorganismos que infectan las venas pueden estimular el sistema inmunológico del cuerpo para producir sustancias que establecen el centro termorregulador del cerebro a un nivel superior, causando fiebre. Aunque el cuerpo trata de proteger el cuerpo contra la infección, esto parece tener efecto negativo en las venas hemorroidales. Ambas, hemorroides y fiebre aumentan aún más por la inflamación que se produce cuando el sistema inmunológico del cuerpo trata de blindar los microorganismos.
El proceso inflamatorio agrava aún más el dolor, sensibilidad y otros síntomas asociados con la condición. La inflamación que resulta de la infección causa más dilatación de las venas para permitir que los fluidos y las células blancas de la sangre, las células que forman parte del sistema inmunológico natural, escapar de las venas. Esto provoca edema que puede ejercer más presión a las venas hemorroidales.
Dado que el dolor que resulta de las hemorroides y la fiebre se agrava aún más por la infección, es más que adecuado tratar la infección. Una forma de eliminar la fuente de infección es tomar antibióticos. Sin embargo, esta medida no es recomendada por la mayoría de los médicos pues no todos los antibióticos pueden matar los microorganismos presentes. Para determinar los microorganismos que están presentes, una prueba de laboratorio debe ser establecida, la cual en este caso se solicita por un médico. Es mejor consultar a su médico con respecto a los antibióticos que debe tomar.
Otra medida para manejar la infección es minimizar el contacto innecesario con las venas prolapsadas . Si usted tiene que empujar la vena prolapsada de nuevo en el ano, debe asegurar la esterilidad utilizando guantes estériles y técnicas adecuadas para lavarse las manos. Debido a que la infección causa más congestión del dolor debido a la inflamación, un baño de asiento caliente puede ser útil. Asegúrese de que el agua que se utiliza no esté demasiado caliente pues el exceso de calor puede agravar la congestión.