Las hemorroides y la salud gay (homosexualidad)

Aunque una gran parte de la sociedad parece que ya ha aceptado la homosexualidad, como lo demuestra la aceptación del matrimonio del mismo sexo en algunos estados, todavía hay una gran cantidad de comunidades o grupos que están en contra de este. Aunque estos grupos aceptan a los homosexuales como son, lo que no aceptan son las prácticas homosexuales que podrían ser perjudiciales para su salud.

Ya se han dado una gran cantidad de talleres y seminarios a jóvenes y otros miembros de la población para hacer frente a estas preocupaciones, sobre todo acerca de las prácticas sexuales de los homosexuales. Algunas de las prácticas sexuales que pueden suponer riesgos para la salud son el ‘’ fisting ‘’ y el sexo anal. Fisting es la inserción de objetos extraños en el ano, lo que puede causar infecciones inmunosupresoras como el VIH (virus de inmunodeficiencia humana), la hepatitis B y otras enfermedades de transmisión sexual.

Aunque poco frecuente, las hemorroides y la salud gay (homosexualidad) ahora están siendo vinculadas por sus prácticas sexuales no saludables. Como se mencionó anteriormente, dos de estas causas son el fisting y el sexo anal. Estas dos prácticas pueden conducir a un trauma anorrectal, que puede promover la inflamación y el sangrado. Una vez inflamado, las venas en el área anorrectal pueden estar inflamadas y causar dolor, lo que predispone estas venas a desarrollar una hemorroide. El sangrado, por otra parte, indica una brecha en la barrera protectora del ano, lo que puede predisponer a las personas a las infecciones mencionadas anteriormente.

¿Cómo el sexo anal causa las hemorroides? El ano es diferente de la vagina anatómica y funcionalmente. Anatómicamente, la vagina está revestida por un epitelio que la protege de traumatismos y fricción, y se estira con facilidad, lo cual es evidente cuando una mujer da a luz en un parto natural. El ano, por otro lado, se compone de músculos y tejidos delicados que sólo son capaces de soportar el material fecal. La penetración del ano por cualquier otro material o parte del cuerpo puede destruir la integridad de las estructuras de soporte anal y los esfínteres que controlan la apertura y cierre del ano.

Estos esfínteres también son apoyados por una colección de venas que están debajo. Estas venas sirven como amortiguador para proteger los esfínteres de los daños y absorber el impacto que reciben. Para aumentar sus funciones de amortiguación, lo que las venas hacen es recoger más sangre e hincharse. Las venas vuelven a la normalidad en circunstancias normales. Cuando el trauma a los esfínteres y los tejidos circundantes se convierte en crónico, las venas se hinchan de forma permanente. Debido a estos mecanismos, además del reflejo del ano para expulsar el material que entra en este, aumenta la presión abdominal, resultando en una hemorroide.

La irritación y congestión crónica de estas venas causa las hemorroides y la salud de los homosexuales se ve comprometida debido a estas prácticas sexuales inseguras. En verdad, no hay formas de evitar los riesgos entre aquellos que realizan sexo anal y el fisting. Aunque la lubricación anal y control en el sexo anal puede ayudar en la reducción de la fricción, choque e irritación en el ano, aún no se puede evitar el desarrollo de estos problemas. Lo que los homosexuales pueden hacer para prevenir estos riesgos de salud es evitar estas prácticas poco saludables.