En un cuerpo que funciona normalmente, el recto está lleno de cojines que ayudan en el control y la expulsión de las heces. Estas hemorroides son órganos altamente vasculares que recubren la superficie del recto para proporcionar amortiguación. Las hemorroides patológicas se suelen causar por una diarrea prolongada y / o estreñimiento y esfuerzo, donde la presión dentro del recto es siempre alta. Estos harán que la condición se inflame y en algunos casos pueda sobresalir fuera del ano en el exterior del cuerpo.
Las hemorroides son un tema muy sensible y embarazoso, así que muchas veces las personas optan por guardar silencio sobre este tema. Especialmente sobre las hemorroides externas (las que sobresalen por el ano), no sólo es muy incómodo sentarse y / o moverse con ellas, también es muy embarazoso durante situaciones donde tiene que usar poca o ninguna ropa (eventos en el agua, exámenes médicos, relaciones sexuales) – sobre todo, las relaciones sexuales y más concretamente, el sexo anal. En este artículo examinaremos la correlación entre las hemorroides y el sexo anal.
El coito anal, normalmente, no debe ser doloroso, pero si el extremo receptor está sufriendo de hemorroides patológicas, entonces la condición podría ser agravada. Que el sexo anal cause hemorroides aun sigue siendo un tema ampliamente discutido. La fricción y la presión causada por la penetración podrían empeorar los síntomas existentes de irritación, molestias e incluso dolor – y peor si el pene y el recto no está lubricados correctamente antes del coito.
Otra cuestión relacionada a las hemorroides y el sexo anal es el aumento del riesgo de contraer la infección por VIH. El sexo anal ya coloca a la persona en riesgo de contraer el virus; tener esta condición aumenta ese riesgo, especialmente si hay un corte o una herida en el tejido hemorroidal. Una vez más, la fricción causada por la penetración potencialmente podría herir el tejido hemorroidal ya sensible, y si no está bien informada sobre el estado de su pareja con respecto al VIH entonces esta podría infectarla sin saberlo. El uso del condón y lubricante a base de agua tanto en el pene como en el área rectal puede minimizar estas fricciones que podrían herir la hemorroide.
Cómo aliviar el dolor hemorroidal durante el sexo anal:
Relájese. Los músculos tensos, especialmente en el área rectal, aumentan la presión sobre las hemorroides, más aún durante la penetración. La presión combinada del pene y los músculos tensos puede empeorar el dolor y podría romper el tejido. Relájese, dejándose llevar en los juegos previos para aflojar los músculos tensos. También puede probar un largo baño caliente con su pareja y masajearse entre sí para aumentar la comodidad y la relajación antes de participar en el coito anal.
Lubricación. A diferencia de la vagina, el canal rectal no produce su propia lubricación, por lo que es importante que ambas partes lubriquen (el pene y el recto) ampliamente antes de participar en el acto sexual. Esto evitará la incomodidad y el dolor asociado con el acto.
Las hemorroides y sexo anal pueden coexistir juntos, siempre y cuando ambas partes sean conscientes del aumento del riesgo que esta actividad podría tener para el receptor y ambos usen todas las medidas posibles para protegerse del dolor y una posible infección causada por la actividad.