El cáncer anal puede ser diagnosticado erróneamente como hemorroides, incluso por médicos experimentados. Los síntomas como sangrado o dolor y el cambio en el movimiento intestinal a menudo son las señales de advertencia que hacen más difícil diferenciar el cáncer anal de las hemorroides.
Las hemorroides son tejidos inflamados en el ano. Puede que estas sobresalgan y se dé una sensación incómoda. Las hemorroides contienen venas y pueden desarrollar coagulación. Una teoría que propone la causa de esta condición es que cuando se está pasando heces duras a través del canal anal, el empuje tira el tejido hemorroidal hacia abajo. Esta condición afecta principalmente a las personas mayores ya que el tejido de soporte de las hemorroides pierde su apoyo y se deteriora. Se ha teorizado que las personas que consumen baja cantidad de fibra tienen un mayor riesgo de desarrollar este problema debido a que su materia fecal contiene menos agua haciéndola más difícil de pasar por el ano.
Las hemorroides son descubiertos en varias maneras. Las personas suelen sentir un nudo en su ano o ver gotas de sangre en el inodoro después de defecar. Si existen las hemorroides se encuentran, si hay sangrado anal, el colon debe ser examinada para excluir otras causas aparte de hemorroides como el cáncer anal. Los médicos pueden diagnosticar a un paciente basado en el examen del ano cuidado donde se estudia un raspado de la muestra.
A diferencia de las hemorroides, el cáncer anal es causado por un crecimiento celular incontrolable en el ano. Sin embargo, la pregunta de cómo diferenciar la enfermedad hemorroidal y el cáncer anal es más difícil de responder, ya que suelen tener síntomas similares como bultos alrededor del ano que pueden ser fácilmente confundidos con las hemorroides. Los síntomas del cáncer anal que son diferentes de una crisis hemorroidal son el dolor de espalda, la hinchazón y la sequedad vaginal para las mujeres.
Una de las maneras de cómo diferenciar la enfermedad hemorroidal y el cáncer anal es por sus factores de riesgo. El cáncer anal puede ser transmitido a través de su pareja sexual. Esto está relacionado con el coito anal receptivo. Las personas que reciben el coito anal tienen un 90% de posibilidades de desarrollar cáncer anal. Las personas que también tienen VIH o SIDA y están tomando medicamentos inmunosupresores tienen un mayor riesgo de contraer cáncer anal. Productos químicos nocivos del cigarrilo pueden debilitar el sistema inmune haciendo que el cuerpo sea más susceptible a la enfermedad.
El cáncer anal se puede diagnosticar mediante un examen rectal, donde se utiliza un proctoscopio para permitir al médico examinar el área afectada a fondo. El procedimiento puede ser incómodo, pero rara vez es doloroso. Una muestra de tejido también puede ser enviada al laboratorio para su análisis. El tejido canceroso se puede detectar a través de este método. Se necesita una biopsia antes de confirmar el diagnóstico de cáncer anal. El tratamiento para el cáncer anal es muy diferente al de las hemorroides. Esta condición puede ser tratada con medicamentos de venta libre, como geles y otros anestésicos locales para aliviar el dolor.
La mayoría de los pacientes ni siquiera tienen que pasar por la cirugía. El tratamiento para el cáncer anal es más grave. La condición del paciente es evaluada antes de dar un tratamiento adecuado. El tratamiento más común incluye la extirpación del tumor a través de cirugía como la resección. La radioterapia y la quimioterapia son necesarias para destruir las células cancerosas. La combinación de estos tratamientos da mayores tasas de curación.