Aparte del cáncer colorrectal y pólipos benignos que interrumpen la eliminación adecuada de la materia fecal del cuerpo, las hemorroides y absceso anal también pueden causar mucho dolor y malestar. Sin embargo, muchas personas se confunden cuando oyen hablar de estas condiciones. Este artículo le guiará sobre cómo diferenciar las hemorroides y el absceso anal y le dará puntos clave sobre cómo detectar y tratar estas condiciones.
El signo cardinal del absceso anal es la acumulación de pus alrededor del recto o el ano. Una de sus variedades es el absceso perirrectal; este último se desarrolla profundamente en el área rectal, lo que puede hacer un caldo de cultivo para la infección. El absceso perianal por otro lado se produce alrededor de la membrana mucosa y de los tejidos blandos del esfínter anal. Este es también el sitio más común para las hemorroides externas.
Diferenciar el absceso anal de las hemorroides a veces puede ser difícil teniendo en cuenta que aparecerán en las mismas zonas y tienen síntomas similares la mayoría de las veces. He aquí un buen indicador de cómo diferenciar las hemorroides y el absceso anal como un profesional: El absceso anal es una amenaza más peligrosa para el cuerpo, que se caracteriza por secreción purulenta, dolor agudo abdominal inferior, fatiga, dolor durante los cambios de posición repentinos, y el malestar constante durante el movimiento intestinal.
Por otro lado, las Hemorroides son menos peligrosas, aunque aún es necesario buscar ayuda en el tratamiento de estas pues las hemorroides son venas varicosas en el área rectal; lo que significa que pueden romperse en cualquier momento. Los bultos que acompañan el desarrollo de un absceso anal y las hemorroides se parecen entre sí, por lo que es mejor buscar consulta cuando sienta alguna molestia al pasar las heces.
Aquí hay más consejos sobre cómo diferenciar las hemorroides y el absceso anal: éste ultimo puede tener síntomas de infección como escalofríos, fiebre y bajones de temperatura intermitentes, vómitos explosivos, sudores nocturnos, y en la mayoría de los casos de alto riesgo, el paciente puede no ser capaz de pasar las heces debido al dolor severo. El absceso puede romperse y extenderse a las otras partes del cuerpo, lo que puede conducir a la infección sistémica y, finalmente, shock séptico. Este es un caso que amenaza la vida por lo que si usted ve estas señales de advertencia, vaya de inmediato al hospital más cercano para una intervención médica.
Las hemorroides pueden ser causadas por el movimiento irregular del intestino, esfuerzo constante, y si el paciente tiene antecedentes de tener venas varicosas, entonces él o ella tiene más probabilidades de desarrollar hemorroides. Esta condición se puede tratar con cambios en la dieta, medicamentos antiinflamatorios y cirugía.
El absceso anal por otro lado puede ser causado por numerosos factores desencadenantes. Uno de estos factores incluye la obstrucción de las glándulas que rodean el ano por materia fecal o un objeto extraño. El cuerpo segrega secreción purulenta, tratando de eliminar el material extraño, es por eso que el signo cardinal de la condición es el pus anal.
Los que sufren de la enfermedad de Crohn, diverticulosis, diverticulitis, y los pacientes que se someten a sesiones de quimioterapia para tratar la leucemia también son propensos a tener un absceso anal. Los antibióticos y esteroides se dan generalmente para tratar el absceso anal. El pus acumulado puede ser raspado manualmente por un cirujano para evitar que se propague a otras partes del tracto digestivo inferior.
Librarse de la enfermedad debe comenzar con usted. Si usted siente que algo no está bien ahí abajo, no dude en consultar a un médico. Tenga una vida sana y feliz!